Crítica de M.J.Mielgo
Obra donde Salinger traslada muy bien la rebeldía de un adolescente, que no sabe realmente lo que quiere, que pertene a una familia acomodada y que crítica la hipocresía del mundo, de la sociedad, pero obviamente desde una situación muy cómoda, dado que a él no le falta de nada. El hecho de que puede despreciar a alguien únicamente "por el tipo de maleta que lleve" es ya en sí bastante significativo. Es cierto, por otro lado, que es generoso y que muestra cierta sensibilidad ante hechos que probablemente el lector no se espera y que a pesar de esa "dureza" en el fondo seguramente le gustaría contar con una familia donde hubiera más diálogo, menos "cara a la galería" y donde sus miembros expresaran más y mejor sus sentimientos, algo un poco difícil, dado que por su situación socio-económica y cultural, es bastante fria.
El personaje no deja de ser complejo en sí mismo, con más problemas de lo que realmente manifiesta y que subyacen a lo largo de la lectura.
En cuanto al lenguaje, es sencillo, no complejo y ciertamente en algunos párrafos muy coloquial. Teniendo en cuenta la época, realmente no hay una disparidad entre el personaje, su edad y sus diálogos, a lo contrario de lo que puede ocurrir en otras obras y a pesar del paso del tiempo, es la historia de un chico que podemos perfectamente extrapolar a nuestros días y a la rebeldía de nuestros jóvenes -al menos, si no de todos, sí de algunos-
Obra que llama la atención, que sea lectura de muchos psicópatas, como anteriormente nos hacen saber en su crítica Mª Ángeles y Francisco, donde habría mucho que analizar ese aspecto psicosocial y literario.
Obra donde Salinger traslada muy bien la rebeldía de un adolescente, que no sabe realmente lo que quiere, que pertene a una familia acomodada y que crítica la hipocresía del mundo, de la sociedad, pero obviamente desde una situación muy cómoda, dado que a él no le falta de nada. El hecho de que puede despreciar a alguien únicamente "por el tipo de maleta que lleve" es ya en sí bastante significativo. Es cierto, por otro lado, que es generoso y que muestra cierta sensibilidad ante hechos que probablemente el lector no se espera y que a pesar de esa "dureza" en el fondo seguramente le gustaría contar con una familia donde hubiera más diálogo, menos "cara a la galería" y donde sus miembros expresaran más y mejor sus sentimientos, algo un poco difícil, dado que por su situación socio-económica y cultural, es bastante fria.
El personaje no deja de ser complejo en sí mismo, con más problemas de lo que realmente manifiesta y que subyacen a lo largo de la lectura.
En cuanto al lenguaje, es sencillo, no complejo y ciertamente en algunos párrafos muy coloquial. Teniendo en cuenta la época, realmente no hay una disparidad entre el personaje, su edad y sus diálogos, a lo contrario de lo que puede ocurrir en otras obras y a pesar del paso del tiempo, es la historia de un chico que podemos perfectamente extrapolar a nuestros días y a la rebeldía de nuestros jóvenes -al menos, si no de todos, sí de algunos-
Obra que llama la atención, que sea lectura de muchos psicópatas, como anteriormente nos hacen saber en su crítica Mª Ángeles y Francisco, donde habría mucho que analizar ese aspecto psicosocial y literario.