"Estuve leyendo los papeles amarillos. En cuentro que distinguir por las ausencias –espaciales o temporales– los medios de superarlas, lleva a confusiones. Habría que decir, tal vez: medios de alcande y medios de retención. La radiofonía, la televisión el teléfono, son, exclusivamente de alcance; el cinematógrafo, la fotografía, el fonógrafo –verdaderos archivos– son de alcande y retención"
Su argumento al principio demasiado descriptivo, nos viene relatado exclusivamente por el propio protagonista, del que sin saber su nombre nos mete de lleno en su historia.
Siendo un fugitivo, se refugia en una isla desierta muy particular. Su soledad se ve perturbada por unos instrusos que apareciendo en la isla, dan lugar a una historia fantástica que nos desconcierta tanto a osotros, como al propio protagonista.
Su fascinación por las formas le lleva a enamorarse de Faustine, hermosa mujer que sin mediar palabra con ella, le ama obsesivamente, llenándole de vida y de muerte.
El momento más álgido de la novela, es cuando al mismo tiempo que el protagonista, comprende, y con él nosotros, lo que está sucediendo. Es en ese momento cuando el lector se da cuenta de que está en presencia de una obra maestra, fruto de un autor de primera línea.
Momento mágico, que empecé a relacionar similitudes y antecedentes como "El Mito de la Caverna" de Platón.
Como he empezado diciendo "Libro menudo, pero MENUDO LIBRO"
Ana Arregui
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