miércoles, 17 de agosto de 2011

LAS MUJERES QUE HAY EN MI de Maria de la Pua Janer

LAS MUJERES QUE HAY EN MI Mayo 2011

AUTOR: MARÍA DE LA PAU JANER

Texto y argumento:
Novela muy descriptiva en la que el recorrido se hace junto a los personajes, viajamos a través de sus sensaciones y sentimientos, enmarcados en un determinado paisaje y lugar, confiriéndole un aire misterioso de principio a fin, que conjugado con una cierta dosis de erotismo, la hace jugosa y atractiva, incitando a leer, para saber que ocurrirá en cada capítulo.
Se nos invita a conocer la vida de tres mujeres pertenecientes a la misma familia, aunque de diferentes generaciones, pero la peculiar forma de vida y las circunstancias harán que la figura del jardinero, juegue un papel esencial en la existencia de todas ellas. Para ello la autora nos pone en antecedentes desde el comienzo del libro, sobre la vida de Sofía, esa mujer que nos desconcierta, por la recreación que nos muestra entre el juego sutil y la sensualidad, lo prohibido, pero deseado, mostrando una verdadera explosión de sentimientos entre dos adolescentes, donde las únicas diferencias son más sociales que de edad. Precisamente es entendible y tolerable esa provocación que lleva a cabo Sofía, y que Ramón, el jardinero, acepta y desea, porque ambos la viven como algo nuevo, hermoso e idealizado. Son jóvenes y su relación está cargada de sensualidad.
Hablarnos de Elisa es dar un salto en el tiempo, no sólo porque su madre murió cuando la trajo al mundo, sino porque ese jardinero fiel a la familia, también había experimentado el paso de los años viviendo nuevas experiencias en India, hasta tal punto que era un hombre nuevo, o al menos eso creyó.
Elisa es la rebeldía lo contrario que su madre, y también anidaba en ella el deseo de conocer algo sobre su progenitora, pero sus tías y su padre la criaron entre algodones para que esas posibles curiosidades no turbasen su paz. Ese inconformismo, se traduce entre otras cosas, en ser madre siendo adolescente, aunque eso no le supone problema alguno. De nuevo Ramón hace acto de presencia, después de vivir alejado durante un tiempo en India y regresar de nuevo a la casa donde vivía y trabajaba desde siempre, descubre de nuevo el amor con Elisa, la hija de Sofía. En ellos conviven la pasión y el amor, pero en Ramón también los celos se suman como un sentimiento más, producto de la presencia en la casa de su amigo Miguel, formando un triangulo amoroso, no premeditado por ninguno de ellos, pero real. Desgraciadamente, la relación queda interrumpida por la inesperada muerte de Elisa, para desgracia de Ramón.
Llegar hasta Carlota, es un camino lleno de vericuetos por todos los acontecimientos que fueron sucediendo a lo largo de los años. Ella experimenta poco a poco esa imperiosa necesidad de conocer una parte de su pasado y que el destino parece haberle robado llevándose a sus dos “madres” prematuramente. Ella sólo tiene dos retratos en una pared y un mar de dudas, poca información y cada día más fantasmas y el sendero de melancolía y añoranza por el que discurre la vida del abuelo Mateo, no hace más que acrecentar su curiosidad hasta convertirse en una obsesión. Todos estos ingredientes desembocan de nuevo en Ramón, que aunque ya mayor, sigue conservando ese halo de misterio que siempre tuvo y que ahora con el paso de los años ha ido creciendo. ¿Avatares del destino?, quién lo sabe, pero la historia se repite, el amor, el frenesí vuelve a apoderarse de la relación entre Carlota y Ramón, pero la obsesión enfermiza de Carlota por parecerse a su madre, Elisa, pensando que así Ramón la amaría más, lo único que consigue es anularla como persona entrando en una espiral de inseguridad, autodestrucción y desconcierto que la llevan a romper el vínculo que Ramón tiene, no sólo con ella, si no con todo su mundo.
A pesar del desconcertante final, hemos de decir que los personajes que forman parte de la vida de la abuela, la madre y la hija, como son las tres tías solteronas, la abuela Margarita y el abuelo Mateo, sirven de apoyo a la historia principal, sin restar un ápice de protagonismo a las tres damas.
El mundo de Ramón tan hermético nos hace dudar de sus sentimientos, quizás por poco expresivos, pero que sorprenden cuando es capaz de defenderlos con naturalidad.
El sentimiento de culpa y arrepentimiento aflora en la figura de Mateo, cuando piensa en su esposa Sofía. La incomprensión de la muerte, cuando se lleva a un ser querido, nos lo muestran también las tías, que a pesar de ser muy devotas y recatadas, no comprenden la crueldad de la vida por llevarse a una persona joven, sin embargo sienten una gran complicidad ante las escapadas de su sobrina Elisa.
También se deja ver un reflejo de la sociedad de aquella época, dónde los roles estaban ya asignados, tanto en el hombre como en la mujer.
Se nos muestra un punto de rebeldía a través de los personajes principales como: Sofía, Elisa y Carlota, que aunque distintas, todas dejan patente que tenían una personalidad notoria y que sus deseos estaban por encima de convencionalismos.
Francisco y Mª Ángeles

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